lunes, 24 de diciembre de 2012

Las flores




Las flores

A la vela azul.


Recuerdo preguntaste dulcemente sí me gustaban las flores, en ese momento preferí callar por temor a presentarme demasiado débil o femenino delante de ti.  Suelo ser muy efusivo al pensar que no puedo gritar que me gustan las flores, porque realmente me gustan. Las adoro porque hacen ignorancia total de la vida del hombre, se basan sólo en ser ellas: flores.
Cópulas del ser más divino; arropadas con su manto hermosísimo a la tierra, abrigándose del frío Adriano. Me gustan las flores del jardín, pero aún más las campestres. Las que nadie observa porque no se venden en el pueblo, ah sí… como solía llamarles mi madre “flores de campo”
Honestamente no consigo belleza más próxima a la del mar que una flor de campo…. ¿Soy yo Antinoo esa flor de campo que se despierta únicamente de noche para brindarte el perfume de la vida? ¿Es acaso mi alma el aroma de la noche?
O ¿Es acaso tu olfato, causa cruel de la odisea de tus hombres?