martes, 25 de noviembre de 2014

Vacío.


De acuerdo a la cosmogonía egipcia y cristiana,  solo se necesitó dos cosas para la creación de los mundos: Vacío y Espíritu.



Vacío,
            vacío,
                     vacío,
                                vacío,
                                           vacío,
                                                       vacío,
                                                                   vacío___________.

Dejé todo en las siete puertas.
Quedando una esperanza golpeada por mí sombra.
Intentando calentar mi cuerpo hasta hacerlo cenizas como las salamandras en la vía láctea
Buscando una vésica de piscis para cruzar el portal hasta llegar a no sé cuál dimensión. 
Y darme cuenta que al final todo no es más que una espiral, sí la sacamos de la 3D se convierte en una montaña que grita nuestros nombres
Pero, cuál...
Como si el lenguaje no fuera más que sonido, luz y forma, resurgiendo incesantemente entre todas las esferas.
Y nuestra devoción alcanzada con los cantos al padrehijoespíritusanto
Iluminan los salones internos regalándonos la infinita oportunidad del infinito de santificarnos con una mujer, dándonos a luz.


Hoy quiero decirte mucho. ¿Tienes tiempo?
Para estar contigo en estos megabytes que nos truncan nuestra telepatía y nuestros dones espirituales que nos impiden reconocer quienes somos.
¡Además de esferitas navegando a casa!
¿Ves? Hoy quiero decirte mucho.
Quiero decirte por ejemplo, que daría mucho de esta Encarnación para que fueras tú la que me escribió esa carta.
También quiero decirte que realmente te esperé un año, y cuando llegaste ya era tarde.
Tarde porque vivimos en un mundo dualista que llega a su fin para ascender a dimensiones sutiles en donde el tiempo se hará uno con la voluntad del creador padremadrehijo o como lo quieras ver padrehijoespiritusanto
Y que definitivamente no tramé alejarme, eso no se trama, solo se es en línea recta siguiendo los patrones del espíritu masculino que yace en mi interior,  y que no pude demostrarte el calor de su efervescencia como vulcano porque la coraza en nuestros corazones era demasiado grande que ni la excálibur del rey Arturo podía atravesarlas,
Y que solo a través de viajes interestelares pude romper, abriendo mi verbo a ti, el cual también lo cerré como alabanza a tu nombre
Pues salí del laberinto, y no fue por el hilo que tenias en tu cuerpo, sino un hilo más brillante representado en una partición de mi ser, al que todos llaman Madre, o nuestra interna inmaculada Concepción y su misericordia es tanta que me permite y me da las palabras santas para escribirte esto con el mayor amor de octavas superiores que aun nuestras conciencias no están acostumbradas a recibir en este universo del cual saldremos hechos esferas. Y allí lo recordaremos todo, y como no tendremos boca para sonreír, brillaremos, y será tanta la luz que emanaremos como el lucero de la mañana

Y las pinturas que tanto nos gustan serán -oo.

comparado al color en donde moraremos por los aeones porvenir que no son más que éste presente azul y dorado al que guardo reverencia.

sábado, 12 de abril de 2014

Archipiélago, Hölderlin.

(fragmento)

¿Tornan de nuevo las grullas a ti, las naves el rumbo
tuercen, van de tus playas en pos? ¿ Serenas y ansiadas
brisas llegan al plácido mar, y al sol asomando
del abismo el delfín, luz nueva inunda su dorso?
¿Jonia brilla? ¿Tiempo es ya? Pues es primavera,
y ha tornado a nacer la vida en todos los seres,
y hay en los hombres amor, y tiempos áureos se evocan;
¡vengo en tu paz a ti, oh poderoso, a loarte!

¡Oh venerable!, descansas aún viviendo a la sombra
de tus montes; aún tus brazos jóvenes ciñen
amorosos tu tierra, y a tus hijas, ¡oh padre!
de tus islas radiantes aún ninguna perdiste.
Creta vive, y Salamis, que frescos laureles circundan.
Y alza, en medio de rayos, y a la hora del orto la testa
resplandeciente Delos, y Tenos y Kíos
frutas purpúreas guardan: y de embriagadas colinas
mana el vino de Chipre, y de Kalauria descienden
ríos de plata que van a las véteras aguas del padre.
Todas viven, las islas que un día engendraron los héroes.
Y año tras año irradian y si una vez, del abismo
liberado, el fulgor de la noche, la interna borrasca
a una de ellas sorprende y en tu seno a los hombres sepulta,
tú, tú en cambio pervives, deidad, pues sobre la oscura
sima, por ti mucho viose nacer y mucho morir.(...)

(...)Entonces, ¡oh amigos de Atenas, oh gestas de Esparta,
cara primavera de los griegos! Si llega
a nuestro otoño, tornad y mirad, espíritus todos
del mundo que fue, ¡pues el fin de los años se acerca!
¡La fiesta también celebrad, oh días de antaño!
A la Hélade miran los pueblos, llorando y cantando
del día orgulloso del triunfo los suaves recuerdos.

¡Floreced entre tanto, mientras los frutos maduran,
oh jardines de Jonia! ¡Floreced en las ruinas de Atenas!
¡Ocultad a los días futuros el duelo!
¡Coronad con eterno verdor, oh laureles, los túmulos
de los muertos, allá en Maratón, donde tantos
victoriosos soldados cayeron, o allá en Keronea,
cuyos campos los últimos atenienses sin armas
huir vieron del día fatal de la afrenta, allá donde
de la cima hasta el valle trenos se escuchan, y el canto
del destino las aguas vagabundas entonan!

Mas, oh tú, de los mares señor inmortal, aunque el canto
de de los griegos no más, como antaño, en tus olas te loe,
canta en mí más y más; que el espíritu impávido
de los mares, al modo de los nautas, disfrute
su solaz, y la lengua de los dioses distinga,
y el vaivén de las horas; y así, si el tiempo voraz
sobreviene a segar la miseria y los yerros
de mi vida mortal, y entre los muertos a hundirla,
que la paz en el fondo de tus abismos encuentre.










viernes, 11 de abril de 2014

Carta a Daniela: Algunas veces tú te comes a Venus... otras veces Venus te come a ti.


De la serie "Deformaciones nocturnas del  11"

Querida Daniela,
amiga-alma. No quiero cambiar el contexto de la palabra, pero hay que estudiar a fondo qué tanta alma tenemos, o qué tanto vacío ocupa su lugar. El tiempo y sus juegos de monopolio están torturando a los corazones y las conciencias de los hombres. Está de más decir la rapidez con que se diluyen los días, en nuestros.... dedos.... ¿Acaso es palpable?

No quiero refutar tu sensación y emoción en éste momento. Lo que sí puedo decirte es que abraces ésa soledad hasta que desaparezcas. Pero que desaparezcas en realidad, vuélvete nada. Siente el vacío de tu pecho. ¿Ha estado lleno alguna vez amiga? Recuerdas.... cuando niña.... ¿cómo era tu pecho, alejado ahora de las serranías que te acompañan.... los cerros que te han convertido en mujer? Sí recuerdas.... ¿cómo lo sientes?

El v e g e t a r i a n i s m o me tiene gordo. Sabes que no soy nada vegetariano, sólo lo hago para depuración del organismo, es muy difícil lograr ser un vegetal cuando toda tu familia te mira como un pez tigre en el pie por buscar a Ser. Pero me he sentido muy bien, como nunca. Como pluma en esta brisa bendita. Los príncipes son hombres comunes que han logrado dominar sus espadas, que no esperaron ningún herrero para comenzar a forjar el hierro a presión con la energía incesante de sus corazones.

El sacrificio de los cristianos modernos-postmodernos, bah, seré más claro... el sacrificio de los cristianos después de la muerte del maestro Jesús el Cristo está tildado de literalidad que lo que hizo fue complicarnos la existencia. El sacrificio en el amor romántico no es por el otro, es por uno mismo, dentro, por una chispa celestial que tenemos, una estrella matutina que nace en nuestra cruz sobre la aurora -nuestro cuerpo, levanta ambos brazos y lo verás-. La madera solo hace alusión a la vida, a la evolución por encima del reino vegetal. Aunque las golondrinas sean psiquiátricas como tú, o como Ariana. No las hace menos bellas. Una golondrina encanta porque vuela. No se preocupa por nada más, sólo vuela. Así son ustedes mis queridas doncellas. Recupérense, si se perdieron en el camino. O reconózcanse frente al espejo silencioso de la voz que escala por encima de las voces monstruosas de la mente, he allí la ubicación del Dragón... de los dragones. Tantos demonios que nos susurran, hasta perder la esencia del hombre mismo.

El amor, amiga... por supuesto que existe, si es la energía que todo lo puede. Ahora lo comprendo. ¡Cuán ciego hemos estado todo este tiempo! La inocencia perdida. Podría darte la charla, imprimirte un tríptico de tres páginitas, agarrar las frutas excesivamente caras de una Venezuela que se cae a pedazos por ser una de los primeros monopolios en desvanecerse [como el tiempo... futura-mente] y aún así no me entenderías si no es tu momento de entender. Uno puede amar al otro, sí... y a sí mismo, también -esto me ha costado mucho-, amar a la familia, ni se diga, cuán difícil para los nacidos y criados en éstas tierras calientes, extrañamente nos hizo fríos. ¡Ironías de la existencia!

Uno también puede amar la humanidad, pero para ello uno tiene que convertirse así mismo en humano.  Y a las montañas, naturaleza máyica donde perdimos incesantemente nuestras virginidades. Y a la Mar también la podemos amar, recordándonos siempre las aguas de vida que circundan mediante los ciclos celestiales e influenciados por las esferas superiores. Ay amiga... el límite no existe. Es solo una ilusión. Una de tantas ilusiones que han creado los hombres... pobre especie destructora somos, y aún así infinitos mundos se nos han brindados, infinitas mujeres, infinitos hombres, infinitos árboles, mares, montañas, cielos... ¿o acaso han sido todos los mismos, despejados en el unísono del sonido celeste?

¡El sonido es el no límite!

Escucha el sonido detrás de éstas palabras. Escúchalo antes de que nos corone la primera luna de sangre.
KLIMT.... Klimt, klimt..... ¿Lo sientes? ¿Sientes el sonido detrás de su nombre? como una lluvia de estrellas de un hombre que sí logró dominar su espada... Ay amiga... amiga... Quiero llenarte la vida de flores.

Vestirte en ellas.

Y coronarte con lavanda, como la condenada de Ariana se coronó en mis sueños sin mí permiso.

Radiante y brillante, hasta romper las retinas de mármol que no querían ver.... y ahora tristemente lo hacen. Y a ti, a toda la existencia que existe en ti pido perdón en nombre de todos los hombres por haber roto sus inocencias, no sabíamos... no vimos el daño que causábamos al destruir vuestras inocencias.... ustedes son la vida y nosotros aún, la muerte. Perdona en mí a todos los hombres del mundo... Hoy me tragué a Venus en la aurora, en vuestros nombres.  


Nunca olvides que te quiero.

sábado, 29 de marzo de 2014

El rosal de la príncipa.




Niña
















que estos silencios te bendigan.











A Dios encomiendo tu espíritu.

miércoles, 19 de marzo de 2014

V


Padre, ven a nosotros, hoy te necesitamos.
No entendemos esta espera mortal que nos cincela el espíritu.
Ella ha desaparecido, y así nuestro canto en las mañanas.
Las aves nos extrañan y las nubes han empequeñecido.
Los colores ya no son tan brillantes como antes, ni vemos el hálito de luz en las lámparas de las avenidas.
Tráela de vuelta Padre.
Y con ella nuestra voluntad febril de alcanzar las alturas.
Sé que tú estás en ella,
Y ella está en nosotros, pero hoy no la encontramos.
Sabemos también que está en éstos versos que no caen en el vacío.
Aunque nuestro cuerpo desvanezca ante las sombras
Nuestros versos viajarán a la luz.
Observa estas señales de humo que producen nuestras manos,
Míralas cada mañana buscándola a ella en el aire.
No está… no está,
Dime Padre cuántos escalones hay entre nosotros,
Dame el número exacto para ver si estos estudios nos sirven para encontrarla.
Muéstrale Padre, que decimos su nombre todos los días a las seis de la mañana y a la cinco de la tarde. Que no hay un día en el que no hayamos dicho su nombre.
Dile también que perdone nuestra forma de amarla,
Porque deben darle  ganas de salir corriendo
                -seguramente lo hizo-
y aquí estamos nosotros en un lugar de encuentro buscándola en ésta noche oscura,
la luna se llegó tarde, pero vino a alumbrarnos el alma y a decirnos cómo cultivar la paciencia, intentamos comerla poco a poco, pero estaba roja y nos quemó la lengua.
Dile que teniendo la serpiente alrededor de nuestro cuello,
estrujándolo, enfriándonos los ojos, no dejamos de pensarla, aunque el mar desaparecía ante la noche dejando solo un portal abierto que se esconde a la visión.
Padre, dile que ella me ha salvado
aún teniendo la dádiva hecha hombre entre mis manos, me salvó
y tu nombre vino a mí.
Recuerdo que lo dijimos  1000 veces esa noche, sé que velabas por nosotros cuando se nos congeló el brazo por no hacerle caso a la bestia.
Sé también que fuiste tú el que nos levantó a las seis de la mañana al día siguiente para ver nacer al sol.
Qué hermoso es ver como la oscuridad finita desaparece del mar espejo, y con ésta extinta, se hace visible la espuma blanca donde nació Venus, invitando a sumergirnos.
Qué hermoso se pinta de azul el cielo, y las esferitas de luz regresan a nosotros exaltadas por superar la prueba. Una de tantas.

Padre pensándolo mejor, no vengas
Dale a ella las gracias.
Llénale toda su vida de oro.
Cuando termine sus estudios, conviértela en Águila para que vuele a donde quiera,
Que se sumerja en la Gran Sabana y luego vaya al Amazonas para que beba un sorbo del Salto Ángel y luego regrese aquí, y nos reconozca hechos halcón.
Dile que no hace falta estar juntos para que yo la ame,
Dile que no hay olvido para nosotros.
Dile que me encanta verla vestida de blanco con corona de lavanda en mis sueños.
Dile que para nosotros ella es única como una rosa pintada de sol.
Dile que el rocío de la mañana se ve más bonito cuando sé de ella.
Hazle saber Padre…  

Que hoy si canté. 

martes, 7 de enero de 2014

Al bien amado.



Mi bien amado niño, te agradezco el regalo que me diste hoy, mi corazón está latiendo como nunca antes, ni cuando me creí y recreé estar enamorado en el pasado. Tú amor es el que tenemos que desarrollar los hombres. Gracias por mostrarme tus vacíos. Por llevarnos a nuestro pasado. Por enseñarnos las carencias, pero sobre todo el perdón.

Mi bien amado, perdona a tú primo. El que te arrancó el alma a los seis años. El no era consciente de sí. Como todos, como muchos. Perdónale el alma. Perdónasela. Prometo trabajar en esa herida. Lo prometo con mi vida, ésta, la presente. Prometo amarlo a él por vos, bien amado. Solo por vos podría, solo por vos.  Perdona también a los que vinieron después, nuestra sangre marchita, perdónalos. Perdónalos con el corazón. Este, el nuestro. Que arde gracias a tu viaje.

Perdona a nuestra madre, ella hizo lo mejor que pudo con el amor que le dieron cuando ella era  una niña como tú. No la odies. Por favor, no la odies, escúchame. No puedes cometer los mismos errores que yo. Ella te amo, a su manera. Con sus distancias y silencios, pero te juro que te amó. Perdónala por no darse cuenta. Perdónala por no darse cuenta que tu alma ya no estaba. Perdónala también por los abrazos que no te dio cuando armabas las rabietas. Perdónale los golpes cuando querías quemar la casa porque te asfixiaba estar tan solo. Cuando tengas quince, no te quedes niño para que te abrace, ella no lo hará allí tampoco. Ten paciencia con tu hermana, aunque a ella sí la abrace. No golpees a tu hermana, ni la muerdas, ni la des arañazos de sangre, no le arranques el cabello, ella no tiene la culpa por ser niña.

Pasa que mamá, se ve en ella. Y quiere darse lo que nunca le dieron de pequeña. No la culpes. No la culpes. No te alejes de tú hermana, bien amado. No te alejes. No la golpees, no seas duro con ella. Ella solo vino a acompañarte, a formar el tres en la familia, la absolución,  ya conocerás sobre el tres y te gustará mucho. Viviremos en el tres. Creeremos en el tres. El tres lo será todo. Otra cosa, no le golpees sus senos. No se los golpees, por favor.  No la quieras volver como tú, ella es niña y tú eres niño. No tienes que cambiar esto. No quieras ser niña para que mamá te abrace, aún así, no lo hará. No la enseñaron a hacerlo. No la culpes. Tampoco a la Abuela, ella también sufrió mucho, nunca tuvo papás, y la golpearon como si fuese un perro. No la culpes.

Abuela sufrió. Tú lo sabrás a los veinte, pero no te importará sino a los veintitrés. Y te dolerá tanto mi niño, te dolerá tanto saber  la verdad. No te alejes nunca de la verdad. El único miedo real es el alejarnos de ella. Yo he venido hasta aquí para abrazarte, para romper con todo eso que te duele en el pecho, y tú te vendrás conmigo a éste, el presente. Aunque está feíto también, pero por lo menos estaré yo para abrazarte las veinticuatro horas. Abuela nos abrazaba, recuerda. Ella también nos dio el cielo. Corrigiendo sus errores con nosotros. Pero no era nuestra mamá. No la juzgues por no ser nuestra mamá. Nosotros somos sus hijos. Créeme cuando te digo que nosotros terminaremos siendo sus hijos. Y nos necesita tanto como nosotros a ella. Por eso la que nos crió fue ella.

Ay mi niño, mi niño bien amado… basta de decirte tantas cosas. Vamos a jugar. Juguemos en Mérida con la cabrita y la nieve. Juguemos en el carro mientras pasamos el puente y cantamos la gaita a todo pulmón. Juguemos con los tambores a que tío Mario. Juguemos a lanzarnos en los médanos con tío rafa y los primos. Llevemos los médanos a la casa del abuelo para que nos regañe y luego reír. Juguemos en los columpios, los rojos, cuando nos pintaron la cara de payaso. Juguemos en adícora, cuando nos hacían arepas rellenas de pollo desmechado con frescolita para comer. Juguemos con abuelo francisco, nuestro papá, el que nos llevó a los cerros a cazar visures, el que nos enseñó a no pegarle a las matas con palos porque les duele, el que nos llevaba a caminar al conuco y sonreía siempre por estar con nosotros, el que nos daba malta con club social a las cinco de la tarde, el que intentó enseñarnos a manejar y casi nos fuimos con la luz roja en el calle-sierra,  el que nos quitó la araña del cuello aquella vez y nos dio nuestro primer pollito que se convirtió en gallo, el  que rescató a todos los animales que ya no quería la abuela, el que nos regaló nuestra segunda bicicleta con la que nos hicimos esa cicatriz en la barbilla a los once.  El que nos daba café con leche cuando visitábamos a sus tías, las viejas, las que olían feo. Pero el café nos gustaba tanto que le perdonábamos el olor. El que te dejaba reír a carcajadas, lanzar botellas a las piedras y no al revés, el que dejó a su mujer y se mantuvo con abuela por nosotros, el que después de que su amor lo dejó, sigue viniendo a nosotros cada quincena con empanadas y queso de cabra, el que te sacó de la hamaca del primo a los seis, y a los siete, y a los ocho, el que se dio cuenta que te faltaba algo en el pecho, y a los quince te dejó ir cuando no quisiste verlo más porque tenías miedo de que lo notara.

El que no te juzgó por querer ser una niña para que te abrazaran, aunque a los veintiuno te preguntaba siempre por una novia mientras nos encogíamos de hombros. ¡Qué ironía! Ahora que estás conmigo, que realmente estás conmigo, quieres a las niñas. Aunque ellas sean locas y no las comprendas, aunque algunas sean escépticas y maniáticas con uno, o lanzadas, si otras nos invitan al mar, las quieres. Porque ellas siempre querrán abrazar. Porque ellas saben lo que es amar como nosotros lo hacemos. Porque ellas tienen una luz en sus ojos como el sol. Porque más tarde, ellas dejarán de ser niñas para convertirse en madres, y luego de madres se volverán abuelas, y después de abuelas se volverán estrellas, y entonces los hombres las mirarán en las noches con nostalgia preguntándose los porqués que nunca nadie se atrevió.


Y no nos perderemos eso. Nunca más. No ahora, cuando volvemos a sentir los brazos alrededor de nuestra alma. Vente conmigo bien amado, son la una de la tarde del siete de enero del catorce, vamos a ver al abuelo, a nuestro papá, antes de que se vuelva planeta.







PD: Gracias Solesky Melchizedeck y Josué Calderón. 

sábado, 4 de enero de 2014

Azafrán

“Brindemos por el bello no ser de nuestros cuerpos (…)”
Julia de Burgos. 
  










Fotografías de Abid Bhat.

PD: Y por tu aroma... tu aroma a luna llena y azafrán.

viernes, 3 de enero de 2014

Sonríe niña.


El crepúsculo me habló de ti y yo volé.

















martes, 31 de diciembre de 2013

A Calderón, un 31 de Diciembre.



A Josué Calderón, un 31 de  Diciembre.

Calderón, hoy me he levantado con una tranquilidad en el corazón. Con una paz que se consigue en las playas de mi península, en las montañas de sus andes, en sus ríos… en los ojos de una mujer. Por no salirme del país maravilloso del encuentro,  por amar por encima de todos los países esta tierra santa que lo tiene todo: Venezuela. El solo nombre del país llama a la gente a venir acá, es un lugar de encuentros, de llegadas y adioses. De muerte y renacimiento como todos, pero lo defiendo, con escudo y espada como enseñaron los cuentos de pequeños. Pobres las gentes que migran buscando felicidad cuando nacieron aquí con todas estas maravillas. Entonces no cabe duda de los ojos en desuso…

Hoy con este corazón celeste quiero darle las gracias. Por la infinitud que no pueden medir las palabras ni las voces de los hombres. No sé cuánto me dure el azul aquí, pero quiero que sepa que es un pedazo de energía oscura y los correspondientes astros que circundan en su pecho son una prueba de ello.  En tan poco tiempo he transitado muchos caminos, dirán que viví muy rápido. Pero eso no era vida. Ahora puedo decir que morí muy rápido en tantos caminos recorridos. Tantos viajes fuera de sí mediante la mente intranquila, impaciente, con un corazón corroído no se puede amar, y he allí el camino que escogí, El amor.

Citando a Keats, “Alguna vez me asombró que los hombres fueran al martirio por su religión, temblaba de pensarlo. Ahora ya no tiemblo. Podría ir al martirio por mi religión, el amor es mi religión y podría morir por él (…)” y muero, muero a cada rato, y aún me falta tanta muerte que recorrer, tanta muerte que vivir, por supuesto que hay vida después de la muerte.  Para verlo solo se necesita el corazón encendido con la llamarada del espíritu, es el amor el que frisa cada una de las grietas que poseen los pechos, es el amor el único camino y la única verdad. No me interesa estar en ninguna religión, en ningún dogma, en ningún lugar, me interesa es el amor. Y eso es todo.

Lo veo y me veo sabiendo que puedo. Es un niño hermoso que instruye con el ejemplo. Dios teje los encuentros de forma misteriosa, es verdad y sin mentira que todo esto que vivimos debe ser solo un pedazo de la telaraña gigantesca e invisible que existe ante nuestros ojos terrenos. Si veo hacia atrás, solo un poco… veo cada decisión y su efecto. Me alegra muchísimo haber decidido quedarme con ustedes, los locos de mierda aquella noche en Adícora en vez de ir a un polvo seguro que no me dejaría nada. Conocí con ustedes la decadencia del hombre, el inframundo en la tierra –valga la redundancia-  ¡Delicia, delicia! Nos gusta, y solo admitiendo que nos gusta podemos verlo. Conocí hasta la marihuana aquella vez, qué rica, por cierto… me iba atropellando un camión 350 y solo me dio risa. Parecía un niñito, quizá por eso a las gentes les  guste tanto. Se sienten inocentes aunque sea por momentos cortos de tiempo, es como soñar dentro de un sueño, creyéndose despiertos. Igual hasta ellos se pierden de lo hermoso que es vivir la vida intensamente. El tatuaje de Diego lo es todo “Vivir feliz es vivir viviendo” hasta se le perdona el pacto, por la hermosa verdad que lleva en su piel.

Ay pito, luego me regaló un pedazo de cielo al encontrarse con su niña por vez primera en ese apartamento. Qué corazón tan oscuro el mío, sentir envidia y perversidad en aquel momento, cuán dormido amigo puede estar uno. Lo del encuentro se lo reservo a usted y sus memorias, su corazón recuerda mejor esto que yo.

Luego vino el olvido….

Después su regreso y el oro. Los cambios. ¡Qué cambios tan hijoeputas!  Solo quiero decirle, como de seguro ya se lo he dicho tantas miles de veces que lo admiro. Admiro su sacrificio. Su rosa roja. Es bella marico. Es bella. Nunca dejará de ser bella. Es una rosa roja inmortal como todos aquellos  que han desarrollado de verdad el amor, y aunque conocer esto ha desatado en mí tantos océanos en mis ojos vale la pena, vale demasiado la pena.

Gracias por tener fe en mí pito, hasta en los momentos más oscuros… Hoy amaneceré en el faro este año nuevo, quiero que sepa que iré solo. Es mi tributo al amor. El faro que le presté por accidente para enamorarse usted de ella, aunque para el amor no hay mejor lugar de encuentro que los ojos de una mujer. Qué ironía. Siempre venía al faro a pensar en el amor, y siempre estuve solo allí, estando solo.

Quiero que sepa también que veré nacer al sol con mi espalda y sus escorpiones. Me libraré de ellos a las tres de la mañana, tratándome de convertir en cabra o en pez. El  sacrificio soy yo, he aquí el mejor ritual de fin de año. La gente si es pendeja al creer en tantas mierdas. Saludaré a Venus y a las estrellas también, y pediré al aire un beso de los labios en los que pienso. A ver sí el aire me los trae a mí en esta ciudad tan ventilada. Por cierto pito, la vi en Adícora con un vestidito hermoso que le cubría el traje de baño. El sol moría a mi espalda mientras ella se acercaba a mí  creando un nuevo lugar de encuentro. En el mismo lugar donde conocí el infierno con usted, ella me mostró el cielo. Razón tuvo el estrellado al esconder la luna ese día. Sí es que ella estaba parada delante de mí dudando de mi existencia, y aquí entre nos hasta yo dudé de la belleza del momento.  

Qué ironía mi niño. Qué telaraña tan hermosa puede crear Dios.  

PD: El II es mío. Tan mío que se vuelve ella. Pero lo que sí puedo decirle es esto: ¡Qué buenas piernas tiene ese poema que se bañó en el mar conmigo a la una de la mañana y qué corazón tan encendido me dejó!   

martes, 24 de diciembre de 2013

I



Me haces querer escribir unos versos, niña.
Con la clavícula izquierda medio abierta como casa para pájaro.
Tu rayo sobre el árbol perdido se clava en mí,
E s c u d r i ñ a s   los cimientos de este cuerpo,
Cuerpo inútil.
Abandonado en un desierto sin nombre mientras el fuego cae en mis ojos.
Ojos dormidos tanto tiempo.
Tiempo que me duele como aguijones de mil escorpiones en la espalda.

Vuelas niña. Vuelas y me dejas,
Para luego regresar por mí.
Y ya después me cantas, si tú supieras cuán hermoso cantas.
Haces  llorar hasta las campanas baratas que se guindan en las puertas de este hotel.
Puertas que abres tú, la primera, con tan solo clics inanimados.
Impregnándome el mar en los ojos me dan ganas de enterrarme el alma
porque no me entiendo, y no entiendo estos deseos de mujer, de alcanzarte.

Este anhelo puro: Ilusión, realidad, juegos del azar. ¡Yo qué sé qué es!  
Cuántos soles he visto en esta recepción en la que se me va la vida.
Y cuantas sombras, cuantos fantasmas que me abren las puertas a las 3 de la mañana.
A las 4 no, a las 4 me he descubierto estático, como película lunar de 1902 mal puesta.
Esos espacios en blanco entre los cuadritos grises,
Y el sonido de los grillos de fondo.

Hoy quiero escribir y hacer contigo lo que no hice nunca, niña.
O como escribió uno de tus favoritos: lo que la primavera hace con los cerezos.
Quiero atreverme, por el único hecho de poder.
Por el libre albedrío de verme libre.
Más dudas…
Dudas de la reacción del niño escaneado con psicología, movimientos vaivén
Manos entrecruzadas, la frente sudando, la pierna derecha en ziczac, y tú…
Intacta.
Por encima del trono.
¡Gritas victoria mientras una flor te nace en el pecho!
Y yo la veo, con estos ojos de fe inquebrantable,
Con la filosofía perenne que te describe toda.
Con esta verdad tan galáctica que se  vuelve mentira en la tierra.
Y si… Pasa que aún con todo esto dudas.
Dudas de la palabra
Y del sonido de mis labios,
Piensas que es un experimento.
Experimento
Experimento
Experimento
Como otros, como muchos.
Juran que pretendo, que deseo y nada más….
Pero niña, mírame el rostro, tócame el pecho,
 Acaso no ves que solo siento y eso es todo.

Ven y cubrámonos los pies de escarcha mientras las olas nos desnudan,
Como si fuese nuestra primera vez en la gran oscilación.
Ven niña, agárrame la mano que quiero ir contigo al cielo,
Créele al sonido de mi boca.
O por lo menos a estos versos en desuso que crean barcas sin destinos
Porque el único destino que hay para mí es salir de este naufragio contigo.
Y si no es contigo, será con otra…
Y si no es con esa otra, será con la siguiente…
Y así sucesivamente hasta que se me acaben los números
Y se rompan los calendarios
Y los años marquen el fin a esta parábola hermosa que comenzó en 1990.
Pero si soy honesto, si realmente soy honesto,
mejor que sea contigo.