sábado, 29 de marzo de 2014

El rosal de la príncipa.




Niña
















que estos silencios te bendigan.











A Dios encomiendo tu espíritu.

2 comentarios:

Daniela Nazareth dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Daniela Nazareth dijo...

(Escribí un comentario anterior a este pero lo borré sin querer. De igual forma, tengo algo más que sentir sobre esto. Ojalá pudiese detenerlo.)

Se crea, se crea, se crea, se crea, repite y no me libera...Esto incendia mi rostro, Andrés, lo traspasa, lo convierte en hoguera de brujas, en un rumor nocturno que se instala en el algodón barato de la cama, apretando mis mejillas con una dulzura faltal, un dulzura que intenta cambiar de lugar, jugar con la forma, extirparlos de una vez por todas. Lo que dijiste es una especie de mantra que no quiero escuchar, que quiero taparme los oídos durísimo, comprarme unos nuevos con ojos extra. Que quiero reaparecerme, intacta, sola, sonrojada de hastío sol, niña, niña.