¿Por
qué vivir en la luna, si es posible vivir en marte?
¿Cuál es la necesidad de oxígeno, cuando se puede vivir de alientos afrodisiacos?
¿Cuál es la necesidad de oxígeno, cuando se puede vivir de alientos afrodisiacos?
¡Vivir!,
esa es la única verdad hasta ahora.
No
la luna, ni marte, ni los alientos afrodisiacos, vivir, girar constantemente en
las montañas rusas de la vida.
Pobre
de aquel que decida frenar aquellas montañas para quedarse situado en sólo una
curva, o en sólo una recta, o en cualquier figura geométrica que esta posea.
Pobre
de aquel como yo, que intente frenar de golpe, por miedo, sin pensar en la
fuerza de gravedad o en algo tan básico como la velocidad a la que se desplace
el vagón.
Pero bien, ¿qué vagón?
Sí en esta montaña rusa sólo hay rieles, y
no hay ciclos. Por lo menos hasta ahora no he presenciado alguno, nada
semejante, cada curva, cada recta, cada figura geométrica son diferentes, me
llenan de excitación, el pensar en un solo punto de partida sin bien conocer el
destino es lo que provoca mis gritos en los descensos.
Saber que rodearé a la luna con mis
cabellos, y que abrazaré a marte nuevamente con mi boca y que finalmente
probaré una y otra vez tu aliento afrodisiaco, es lo que evita bajarme de esta
montaña rusa, es lo que evita hacer caso al miedo, a la nostalgia por los sube
y baja, saber que te tengo y no te tengo me hace querer vivir, y esa es la
única verdad hasta ahora.
¡Vivir!
¡Vivir!