viernes, 3 de septiembre de 2010

Sintesis emocional.

Hace tiempo ya, me di cuenta de que el corazón es como un currículo que registra la fecha de inicio y fin de un período importante en la vida de cada quien. No les voy a detallar cada “empleo” que he tenido porque la descripción sería muy larga, con muchas emociones vinculadas y alguno que otro “tigrito” que nunca es conveniente mencionar.

Para empezar, está muy mal no saber qué cargo ocupaste en una empresa o no tener ni idea en qué puesto te contrataron. Ante eso, no hay mejor opción que renunciar cuando el trabajo no te hace feliz. Y si una compañía no te quiere, valórate y busca en otro lugar en el que puedas demostrar tu talento y en el que aprecien todas tus cualidades y algunos de tus defectos.

El desempleo se debe disfrutar y aprovechar para estudiar las mejores ofertas laborales del mercado. La causa principal de la elevada taza de desempleo se debe, pienso yo, a la búsqueda de mal hecha en empresas que no convienen.

También podría deberse a que muchas personas no se cuidan de los compañeros de oficina que siempre quieren quitarle el puesto a quien lo tiene, cual hiena hambrienta. Todo lo contrario a los que tienen dos trabajos a la vez: en algún momento esa persona dejará rendir en alguno de sus dos empleos, júralo. Esa es la razón principal por la que despiden en estos tiempos.

Oh, no hablemos de cuando te despiden injustificadamente. Siempre he dicho que es mejor tener un trabajo bien ganado que robar o andar esperar hasta el fin de semana para recibir alguna limosna.

Creo que mi currículo está bien como está. Aciertos y fracasos juntos en una hoja de la que me siento orgulloso. No quiero borrarle nada porque de todo he aprendido. Tampoco me interesa llenarlo constantemente, pues no importa la cantidad de experiencias que posea, sino la calidad de las mismas.

Recuérdame en otra oportunidad comentarte sobre mi nuevo empleo (que me hace muy feliz, por cierto).

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