viernes, 11 de febrero de 2011

Sala de emergencias.

El reloj marca la hora: 12:12 am del viernes 11 del segundo mes del penúltimo año de vida
Las luces comienzan a fallar, poco a poco, una tras otra comienzan a estallar
Voltajes elevados de luz las hacen delirar, y con toques de deidad la sala de emergencia se oscurece
Los vientos perturbadores de la noche del viernes se hacen presentes
Rozando las ramas desoladas contra las grasientas ventanas..
Todo aquello un mugriento proceso, un inicio de una resurrección que se esperaba..
O quizás la muerte de alguien que nunca imaginaban..
El segundero continúa su ciclo, el reloj suena, son la 1:01 del viernes y entra un único paciente..
Herido y condenado a muerte, pide ayuda, ensangrentado de dolor se desmaya en el cemento..
No pudo si no, abstenerse a lo obsceno..
Las enfermeras lo sumergen en sus drogas y lo llevan a la sala de emergencias
El paciente se encuentra sin pulso, el doctor entra asqueado de su turno
Y Proclama un grito en silencio: ¡Maldita la hora en que llegas, ¿No ves que estaba durmiendo?!
¡En fin, que mierda tienes, que haces en mi camilla?!
El doctor se ha vuelto loco piensan las enfermeras, una voz madura grita con excelencia, revívelo pendejo no ves que esta muriendo.
Era otro médico, un voluntario perfecto… traigan el desfibrilador, es un código azul.
Y así comienza el proceso, primera descarga no dio resultado, segunda descarga, no hay razón alguna de vida..
¡LO ESTAMOS PERDIENDO! Gritan los médicos…
Y entonces se levanta el alma del paciente y murmura: Déjenme irme.. ES MI HORA!
Ya me entregué bastante a lo inaudito esperando solo una señal de un dios que esta jugando a no ser dios.
Entonces el reloj marcó el tiempo, eran las 12:12 am del viernes 11 del segundo mes del penúltimo año de vida.

No hay comentarios: