lunes, 28 de marzo de 2011

Hombre enamorado.



Experimentando con la poesía dadaísta, utilizando los concejos Tzara ofrecidos en “Dadá manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo” así como también la apropiación de alguna que otra frase presentada en el cine romántico desde el año 1951 hasta el 2004, combinadas con frases legítimas.


Te quiero, como cuando tienes frio estando a 28°C, cómo cuando tardas una hora para pedir un bocadillo o un pedazo de hamburguesa en aquel puesto de perro calientes, adoro la arruga que se te forma en la frente cuando me miras como si estuviera loco, aunque muy dentro de ti sabes perfectamente que no es así, tampoco creas lo contrario, pues la cordura no me define ni me contrasta... No te equivoques pues no estoy peleando, no peleo contra nada, he descubierto que mientras más sufro, más amo.

Y si el amor es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?... ¿La pregunta la hice yo? O es un eco que retumba en las paredes del aire hasta lograr convertirse en una frase tan elaborada y estar tan a la mano, tan en la boca de todos, tan trillada… Que ¿cómo te quise? Más que a mí, lo que prueba que te quise mal, que ¿cómo me quiero entonces? De manera infinita, ahora que sé que el amor se desprende de mi y no del hombre con el que comparto la cama.

Siempre defenderé el hecho de que el mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente y no cambio de parecer fácilmente, eso no es porque esté sólo ni tampoco porque la luna hoy brille mas que los días anteriores, espero que lo recuerdes y sepas reconocerlo cuando me tengas en frente…Te quiero cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y deseo con la excusa más barata que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches.

- Definitivamente comportándose como un hombre enamorado, se convirtió una vez más en un hombre enamorado.

Ahora bien que ¿cómo te olvidé?, sólo dejé que pasara el tiempo sin esperar más, ni horas ni segundos ni minutos de ello y lo más fácil de responder es… Que ¿cómo te recuerdo? Sencillo, deben inventar un género para ti, verte no es suficiente, mirarte fijamente es la única manera de que todo tenga algún sentido y se debe intentar no parpadear, para así no perderse de nada.

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