sábado, 22 de enero de 2011

Física - Química, Aplicada o Clásica

Imaginando que un hombre y otro hombre
Parten de puntos divergentes,
Esparcidos en un plano, espacios que se ignoran entre sí,
Y a la velocidad de lo desconocido emprenden la aventura,
Se ponen en camino, van por ahí remando en aguas turbias
Escalando inmensas montañas, asechando bocas de lobos
Escuchando el vasto germinar de las semillas,
Al conspirar, en silencio, ahuecando la tierra a la esperanza,
Imaginando que trazan trayectorias de curso irregular,
Con orígenes distintos al de cero,
Cada cual a su amor, a lo propio, a lo indispensable,
Rotas trayectorias cuyo sentido
Puede al mínimo temblor girar hacia el vacío,
O por el contrario, tender al infinito
Imaginando el deseo, la sed, el hambre, la búsqueda,
La ilusión y la ausencia,
Calculemos, a golpe de sospecha,
La cantidad de veces que tendrán las trayectorias
De cruzarse, en el brillo de unos ojos,
En unos labios que invitan, en unas manos que establecen,
En unos cuerpos que seducen, en una piel que atrae
Imaginemos cuantas veces dichas trayectorias marcarán un máximo error
¿Cuántos cálculos deberán hacerse
Para que las proyecciones sean lineales?
Para que la física en conjunto de la poesía pueda más,
Incluso más que lo real, o inclusivamente más que lo ficticio
Implícitamente que pueda lograr una suma correcta de igualdad
En donde la física en conjunto de la poesía,
Puedan hacerse cenizas en un finito tiempo,
A lo largo de un trayecto, en donde hombre y hombre,
Puedan sembrar la tierra de llamas, tal y como gotas de lluvia.

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