jueves, 6 de enero de 2011

Pequeño Rey.

Entre la multitud se encuentra temido ser mitológico
Que con el poder que le fue concedido acaba con cualquier enemigo
Ahora entiende bien el pasado, pues solo con su reflejo fue derrotado
No obstante, sigue vivo... Enamorado y pedante
Tal y como la flor pájaro de la noche se mastica con ojos andante

Desde las afueras de la calle brotan cautelosos cortesanos
Se sintetizan abortos y mentiras sobre el labio prostituido
En lo profundo del ombligo algunos hombres se expropian la memoria
Detrás del musculo agotado alguien ejerce un beso

Sobre la piedra ingenua de los rostros
Los pomos heridos, ojos que desangran bailarinas
Caudales de cenizas, donde se revelan las estrías de los imaginados
Imaginados los pobres ancestros que se le posan a un lado
Sin saber el peligro que se les ha originado.

No intenten destruirlo, y si se atreven… No lo hagan con una simple espada
Pues su veneno la recorrerá, infectando desde su mano hasta su antebrazo
Y llanamente perderán una extremidad, la cual me atrevo a apostar
Que la necesitaban para envolver a alguien más
Alguien menos común, alguien menos usual
Alguien al cual puedan ver con los ojos abiertos
Ya que con este ser mitológico jamás pasará.

[Quédate a su lado, promete hacerte desaparecer si dejas de mirarlo con los ojos cerrados.]

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