domingo, 2 de enero de 2011

Le cœur dans la merde.

Cielo e infierno hacen el amor, llenándose de éxtasis, gozo y ardor
Innegable y maldita esta cobarde realidad
Sexos anhelantes a este sexo quien ha de condenarlos
En el mundo solo se permite una imagen, el reflejo solo es un infundio, un absurdo engaño
Oh, Putrefacto hombre en tu molde verterás su cuerpo
Dentro de tanta falsedad hay un secreto, desnudar a las sombras con sus verdades
¿Quién ha de condenarte? El destino te consagrara una máscara épica, un disfraz.
Han de beber el antídoto, ¡El sudor compartido!
La calle solo callará y sus cochinadas sabrá guardar
En ello paseará un silencio oscuro, sin importar que la sombra resplandezca por siempre
Más bien se arrodillaran ante ti, clamando por un empobrecido polvo que con un leve expirar del viento comienza a arder como fuego, ligado con azufre y veneno.
Reconcilian al espíritu con la materia apoderándose de un mundo que se va, y de otro que no anhelan.
Junto a ustedes se encuentran los gritos y los insólitos fuegos artificiales de un apoyo… o quizás una renuncia, ¡La Nuestra!
Pasan su mirada entre cada una de esas personas, limpiando vidrios con silencios llantos en el alma, basura, simplemente putrefacta..
Hay un solo manicomio que los ha vuelto esquizofrénicos
y es, esta maldita ciudad un mundo lleno de SIDA, de cáncer y de ellos.
¿Mi concejo? No se atrevan a mirar hacia atrás, el arrepentimiento los invadirá..
Sus cuerpos llenos de blasfemia, blanca y negra los atormentará.
Mostrándoles en lo ajeno lo que significa la FELICIDAD.
Vean a un Acérrimo Nesciente y a un ser nigromante dando el todo por el todo, quemando el paraíso inquebrantando cada hora de este mes decembrino, que de una manera u otro los ha unido. Alma y cuerpo ellos siguen entregando permitiendo una fusión de miradas, besos y tacto..

El olvido de dios, es desde mí la poesía, que en otro punto de vista es el octavo pecado.

No hay comentarios: